El Hombre Que Nunca Sacrificaba Las Gallinas Viejas; Darío Vilas

lunes, 7 de octubre de 2013

     Esta es, si no ando muy equivocado, la tercera novela de Darío Vilas, esta vez publicada por Tyrannosaurus Books que, concretando, abre una nueva colección de la editorial llamada "DIRT".–La colección DIRT de Tyrannosaurus Books explora la vertiente más inusual y cruda de la literatura de terror. Realismo sucio sumergido en un baño de ácido pulp en el que tiene cabida el drama, el humor, el sexo, la violencia, la psicodélia o el gore de la mano de autores y textos de una calidad extrema.– Aquí Darío se separa del género Z (“Instinto de Superviviente”, “Lantana”) para deslumbrarnos con esta novela pulp de realismo sucio de lo más extraña y que tiene todas las características citadas anteriormente, eso si, con una prosa cuidada al milímetro que encanta desde la primera línea.


Marquitos Laguna se ha retirado del oficio. Ahora prefiere cuidar su huerto y recoger los huevos de sus gallinas. Antes, en otra época, Marquitos era un justiciero parco en palabras, un matador criptozoológico en la abundante isla de Simetría, un muro de dos metros de hostias enfundado en el guante de un hombre en traje negro. Pero ya no, sus noches más oscuras quedaron atrás. O al menos eso creía hasta hace unas horas. Porque hace nada, las gallinas viejas, esas que nunca sacrifica sabe Dios por qué, han comenzado a revolotear de aquí para allá, dejándolo todo lleno de plumas. La tierra de ese huerto que ahora se dedica a cuidar, ha empezado a retemblar. La carne putrefacta de toda una vida en negro se afana por abrirse paso a base de dentelladas y uñas rotas. Y Marquitos, un muro de dos metros de amor venido a menos, se teme lo peor:
Que regresen sus noches más oscuras. Que se le atragante el olor de una Magnolia.

O que haya llegado la hora de volver a sacrificar.

El hombre que nunca sacrificaba las gallinas viejas es una historia de realismo bizarro, de una isla que alberga toda la inmundicia humana, de fantasmas del pasado que regresan a golpe de vaso de güisqui sobre la barra de un bar. De vampiras imaginarias, de zombis mentales que acompañan a su protagonista y de un ente vengativo que pretende culminar una obra maestra del asesinato:

La Magnolia Azul.


        Desde que terminé “Instinto de superviviente” en agosto quise hacerme con esta novela. No tenía ni la más mínima idea de que iba, pero la forma de escribir de Darío me gusta tanto que la trama me daba igual. Luego leí en algún sitio que tenía cierto parecido a “Piezas Desequilibradas” su antología, y he de admitir que a excepción de algunos relatos esta no me convenció demasiado, y eso me asustó un poco, pues no sabía con qué iba a encontrarme. De todas maneras cuando fuimos el mes pasado a la presentación de Miguel Aguerralde, Víctor Blázquez y Juan De Dios Garduño me hice con el libro (junto a Ojos de Circo). En ese momento estaba leyendo “Cuernos” de Joe Hill, pero el libro de Darío me llamaba con tal fuerza que cuando llegué a casa dejé apartado “Cuernos” y empecé a devorar página a página “El Hombre Que Nunca Sacrificaba A Las Gallinas Viejas”. Lo terminé al día siguiente, aunque es normal pues solo son ciento sesenta y siete (167) páginas. Eso que leí de que se parecía a “Piezas Desequilibradas” es cierto, pero es a un relato en concreto que ha continuado alargando la historia.
       La trama es muy sencilla, pero no puedo entrar en detalles porque cualquier cosa que diga ya es un Spoiler, de ahí que tenga una sinopsis tan rebuscada. Pero ¿qué hace que no sea un libro cualquiera? Fácil. La prosa. Como ya he dicho antes, esta historia tiene una prosa tan cuidada y con tanta calidad que una historia tan sencilla como la que se cuenta se convierte en una obra maestra.
     Ahora es cuando me retracto y digo que la historia no es sencilla. ¿Por qué? Pues por la evolución del personaje.
      En la novela, aunque haya varios personajes, el único importante es el protagonista, el resto son solo atrezzo, no son dispensables, pero tampoco son lo más importante.
       La historia tiene varios guiños a otras obras del autor. La primera es que los sucesos se desarrollan en la isla de Simetría, la otra es una joyita que espera al final de la obra.
       La edición de la novela esta bien, pero después de que comprase “El Camino De Baldosas Amarillas” y el lomo estuviese cosido me ha defraudado un poco la editorial al hacerlo ahora pegado. Esta bien maquetado, con una letra decente, y con eso si que estoy contento.
       Esta novela no está dirigida a cualquier persona, pero tengo seguro que si la gente se dejase llevar por la prosa, disfrutando de como está escrita en lugar de decir que la trama no le convence se llevarían una sorpresa.

       Ahora la pregunta importante. ¿Esta es una novela imprescindible? Para mí sí.

Enlace de interés: http://www.tyrannosaurus.es/books/index.php/component/hikashop/product/110-el-hombre-que-nunca-sacrificaba-las-gallinas-viejas

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